La locomoción ociosa de los humanos ha sido uno de los temas más queridos y entrañables en la tradición ensayística, por lo cual dedicamos el presente número a esta actividad tan básica y absoluta. Comenzar a caminar nos condena a dejar de ser bebés —etapa en la que bastan las posiciones decúbito— y al mismo tiempo nos libera de los que nos impiden explorar el mundo. Se camina por evolución, por necesidad, por impulso, por ocio.
¿Y qué pasa cuando tenemos miedo de caminar o simplemente no nos sentimos libres para ello? ¿Qué pasa cuando caminamos en automático, de prisa y nos perdemos de la afabilidad de caminar? ¿Qué pasa cuando caminar es un símbolo, un castigo, un impedimento? ¿Qué ocurre con el cuerpo que no puede caminar? ¿Qué con la mente? ¿Todos caminamos de la misma forma? Estas y muchas otras rutas han tomado los ensayistas que colaboran en este número que busca ser homenaje, registro y ejercicio de la reflexión sinuosa y andante del arte de caminar y, curiosamente —pero sin sorpresas—, del arte de ensayar.
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